Mitos sobre el emprendimiento
que son un lastre y nos frenan:

“No necesitas a nadie. Incluso por tu cuenta y en solitario puedes lograr lo que sea."
Realidad: La determinación importa, eso está claro, pero nadie construye un negocio en aislamiento perpetuo. Incluso los fundadores más autosuficientes necesitan ánimo de vez en cuando, un equipo de soporte que constantemente proteja su tiempo como caballeros templarios en una fortaleza medieval y pares con quienes retroalimentarse al compartir lo que ya han aprendido o que sirvan de sparring en las ideas innovadoras.

“El trabajo duro es suficiente."
Realidad: Puedes trabajar día y noche, pero si las responsabilidades diarias te absorben o no tienes en quién apoyarte, el esfuerzo por sí solo no hará avanzar tu negocio. La economía de escala se basa en el apalancamiento y la colaboración proactiva. En este contexto, el apoyo es lo que vuelve sostenible el proceso y a mediano plazo rentable el trabajo duro.

“Para tener un negocio, hay que sacrificarlo todo."
Realidad: El esfuerzo y la dedicación son parte del camino, pero si renuncias por completo al descanso, a tu familia o a tu propio bienestar, el negocio se convertirá en una carga imposible de sostener. Un buen sistema de apoyo te permite avanzar sin quemarte en el intento.